¡Hola a todos!
En este caso os quiero mostrar una práctica que realizamos en clase sobre las expresiones corporales.
¿Quién de nosotros no ha dibujado el típico monigote para
dibujar una figura humana? Todos nosotros, no me cabe duda, pero seguro que no
nos hemos parado a pensar en sus proporciones, que nuestro dibujo puede ser
cabezón o patilargo si no prestamos atención a ellas.
Para que no nos ocurra esto, tenemos que intentar dibujar la
figura humana con sus proporciones, y visualizando sus partes y articulaciones,
para así poder dibujarla correctamente. Para ello, se aplica un canon.
En el arte clásico, el interés por las proporciones de la
figura humana fue una de sus principales preocupaciones estéticas. Por ello, se
establece una proporción entre la altura total del cuerpo y el alto de su
cabeza. Este canon se entiende como cuántas cabezas caben en la altura del
cuerpo. Para los artistas clásicos, el canon era un concepto ideal, donde
existía una norma que marcaba cómo debían ser las proporciones del cuerpo
humano ideal y armónico.
A lo largo del crecimiento humano se aprecia la evolución
del canon. El canon va aumentando con la edad hasta la plenitud adulta, donde
se alcanzan las 8 cabezas, y, a partir de aquí, comienza a menguar por la
comprensión de las articulaciones.
En la historia del arte se ha realizado un uso expresivo del
canon, y ha evolucionado mucho desde su comienzo hasta nuestros días.
Los egipcios, utilizaron el canon para la representación de
la figura humana, pero en vez de tomar la cabeza como referencia tomaron el
puño. De este modo, los cuerpos miden 18 veces el tamaño del puño.
El canon griego se centra en el ideal de la belleza formal
como expresión de la armonía de las formas. En época clásica, este canon fue
definido por Policleto en siete cabezas y media y por Lisipo en diez unidades,
considerando que el cuerpo medía 8 cabezas.
En época gótica también se utiliza el canon, pero en este
caso lo adaptaron a su objetivo, sugerir elevación del espíritu. Se emplea un
canon alargado, mucho mayor que las ocho cabezas del adulto medio.
En época barroca, los cuerpos fueron más voluminosos,
caderas anchas y cinturas estrechas, hombros estrechos y brazos redondeados y
carnosos. En los hombres, destaca el pelo, la piel muy blanca y las mejillas
rosadas, y trajes suntuosos.
En el Renacimiento, se aprecia el canon de Vitruvio, donde
el cuerpo humano está encerrado en un círculo inscrito en un cuadrado, donde el
ombligo es el centro y la figura humana corresponde a ocho partes de las que la
cabeza es la unidad.
En la Edad Contemporánea, el arquitecto francés Le Corbusier
creó un nuevo canon al que denominó modulor, de 2,26 metros de altura.
¿Cómo podemos aprender a dibujar la figura humana con las
proporciones correctas? Es tan simple como practicar. Al igual que aprendemos a
escribir las letras repitiéndolas una y otra vez, aprendemos a dibujar la figura humana de este mismo modo. Por ello, se ha planteado esta tarea como si
fuera un cuaderno de los que todos hemos utilizado de pequeños en los que
escribíamos una y otra vez las letras.
Para dibujarla, tenemos que fijarnos en primer lugar en la
posición en la que aparece, localizando sus partes y articulaciones. Una vez
que nos hemos tomado un rato para observarla pasamos a dibujarla, marcando las
articulaciones y reconociendo sus partes, para así conocer la anatomía de la
figura humana y no dibujar por ejemplo una pierna que sale del hombro. Así que
si queremos que nuestros dibujos no sean cabezones o patilargos, tenemos que
tener en cuenta las proporciones y nos quedarán perfectos.
Aquí os muestro mis dibujos:
Una vez hecho esto, pasamos a dibujar más figuras de mayor tamaño, aquí os las dejo para que le echéis un vistazo.
Figura 4 |
Figura 5 |
Figura 6 |
Referencias:
(Sin fecha). Anatomía y proporción de la figura humana. Aulafacil. Recuperado de: https://www.aulafacil.com/cursos/dibujo-lineal-secundaria/educacion-plastica-y-visual-4-eso/anatomia-y-proporcion-de-la-figura-humana-l11844
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